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Abominaciones varias: el terror literario de Pablo Martínez Burkett analizado en México

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El escritor argentino (Santa Fe, 1965) es el inaugurador de la literatura zombie contextualizada en el México prehispánico con su relato “El embuste de Oxlahontikú”. Escribe: Ricardo Rincón Huarota para Globedia de México (*)

La literatura fantástica rioplatense

En los años setenta del siglo pasado, el escritor argentino Julio Cortázar se preguntaba por qué en la zona del Río de la Plata se había desarrollado con gran fuerza la literatura del género fantástico —terror, ciencia ficción y fantasía—, mediante la pluma de excelsos escritores argentinos y uruguayos.
Después de un concienzudo análisis, Cortázar bien a bien no supo hallar la respuesta de tal florecimiento literario (inaugurado, de acuerdo con el crítico Paul Verdevoye, a finales del siglo XIX), pero apostó por dos explicaciones: una de ellas era simple y sencillamente el azar y, la otra, al gusto por lo “gótico” que tenían los escritores rioplatenses, derivado de la influencia de reconocidos autores clásicos como Edgar Allan Poe, Robert L.Stevenson, Ambrose Bierce y otros.
La proclividad por los temas fantásticos no se circunscribía a una burda imitación de esos admirados maestros, sino a una auténtica reformulación de sus cánones y enseñanzas, lo que generaría el nacimiento de una literatura fantástica típicamente rioplatense. Así, esta abrevaba de lo más granado de los autores del género a diferencia —de acuerdo con el propio Cortázar— de otras regiones donde se consumía un tipo de literatura más primaria que subyugaba a literatos y lectores.
No es este el espacio para debatir los distintos puntos de vista del llamado Gran Cronopio, pero lo que sí quisiera destacar es cuánta razón tenía cuando reconocía la existencia de una pléyade de magistrales escritores del género fantástico, tales como Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga, Bioy Casares, Jorge Luis Borges, entre otros muchos más y, que por fuerza, habría que añadir a Julio Cortázar a la extensa lista.

El fantástico argentino hoy

En la actualidad, hay varios escritores rioplatenses herederos de esa dinastía que he seguido de cerca ya que continúan interpretando de manera muy particular lo fantástico, pues ahora lo contextualizan con temas como el entorno político, el ambiente urbano y la vida cotidiana.
Asimismo, es de hacer notar que algunos autores argentinos sienten una fascinación especial por las grandes civilizaciones prehispánicas que florecieron en nuestro continente. Cabe destacar que el mismo Cortázar vio en el mundo azteca material susceptible para sus relatos cortos tales como la “Noche boca arriba” y “Axolotl”, obras que nos remiten respectivamente a dos elementos propios de México: a la sacralidad prehispánica y al ajolote, una especie endémica de la región lacustre del Valle de Anáhuac.
Dentro del grupo de escritores sudamericanos que he tenido la oportunidad de leer con mucho interés destaca Pablo Martínez Burkett (Santa Fe, Argentina, 1965) quien ha desplegado su actividad básicamente en la creación de ficciones breves dentro del rico filón de la literatura fantástica, además de haber incursionado, precisamente, en temas de corte prehispánico. Escribe historias donde lo cotidiano se vuelve siniestro y tiene tres libros de cuentos de su autoría: Forjador de penumbras (2011), Los ojos de la divinidad (2013) y Mondo cane (2016). Ha publicado en antologías y revistas y ha obtenido diversos premios literarios.  (Al final de este texto se pueden encontrar las ligas a los cuentos que se harán referencia en esta reseña, así como a la dirección electrónica del blog del autor).

Microficciones

¿Por dónde comenzar a diseccionar el quehacer literario del autor? A mi juicio, primero que nada, hay que ir a sus microficciones, esos minúsculos relatos cargados de horrores para provocarle al lector asombro y repugnancia sin necesidad de que los personajes acaben con los intestinos de fuera; a decir del propio autor:
Prescindo bastante de la sangre y apelo más a intentar ese miedo que nos asalta cuando de noche sentimos un ruido extraño y, sin importar la edad que tengamos, nos hace taparnos con las sábanas. Mi aspiración es retratar cuando lo cotidiano se vuelve ominoso, amenazador y aterroriza. Siempre ando intentando la torsión fantástica de lo real para volverlo horroroso pero apelando a los horrores personales de cada quien. En alguna reseña alguien escribió que le pongo letra a las pesadillas.
Para muestra de lo dicho pueden citarse sus relatos “La ciudad del silencio” y “La dosis” cuyo protagonista en ambos es el Dr. Miles Burford, un científico sin escrúpulos que a través de abominaciones varias —frase utilizada por el autor en el primer cuento y que sirvió para dar título a esta reseña— no tiene cortapisa ética alguna para la realización de sus experimentos en seres humanos. La cualidad de estas narraciones es que si bien son una unidad en sí mismas, al mismo tiempo son complementarias.
Otro mérito es que el autor aplica de manera contundente, en tan poco espacio, los requisitos que demanda el género cuentístico; esto es, los fundamentos literarios creados hace casi dos siglos por Edgar Allan Poe, referentes a suceso único, brevedad, tensión, clímax y final sorpresivo, aspecto este último que cumple casi de manera religiosa en cada una de sus creaciones. Esto nos muestra el sello del autor, un estilo claramente definido que está presente en casi todos sus cuentos, desde las microficciones hasta en los relatos más extensos.
Dentro de la misma categoría de microficciones se encuentra “El retorno de la crisálida” un cuento de vampiros que, sin caer en los clichés que han desgastado al género, logra enganchar al lector que bien a bien no sabe qué es lo que está pasando en un quirófano en la fase previa a la operación de una mujer que es acompañada por su hija. El sentimiento de desesperante incertidumbre a la que nos somete el autor es altamente recompensado en el último párrafo del cuento cuando nos asesta, a través de imágenes inesperadas y aterradoras, las verdaderas razones por las cuales era necesaria esa cirugía que se practicaría en la clandestinidad del mercado negro de órganos.
La fina repugnancia ­del cuento —en este caso vale el oxímoron—, me hizo recordar aquel magnífico relato de la célebre escritora británica Tanith Lee, titulado Nunc Dimittis, en que de manera elegante la autora da un interesante twist a los clásicos cuentos de vampiros.
Otro ejemplo de microficción con la indudable impronta de Martínez Burkett es “El payé” (que significa hechizo en lengua guaraní), donde una mujer acude con una curandera para la realización de un conjuro que haga regresar a su marido ausente. La narración es cerrada con broche de oro pues su final sorpresivo se nos queda en la cabeza durante horas tan sólo de imaginar los escalofriantes eventos que, sin ser mencionados por el autor, se desenvolverán cuando surta efecto el payé. En este sentido, es doblemente meritorio este relato ya que si bien el cuento tiene remate, al mismo tiempo queda abierto para que el lector fantasee conforme a sus propios terrores internos.
En “Un extraño caso de espejismo en la Laguna Epecuén”, microficción que continúa con la saga de los científicos locos —en esta ocasión, el Dr. Halibert  Webber—, un hospital abandonado y un cementerio enmarcan los experimentos siniestros que realiza el galeno. Como en las ficciones anteriores, la estructura del relato cuenta con las pautas características del género y cumple con la misión de crear tensión y coronar la historia con un final inesperado que acaba descolocando al lector.
Otros casos de narraciones breves son “Perfidia circular” y “Anomalía teológica” que, a diferencia de los cuentos anteriores, nos remiten directamente a la civilización prehispánica que se desarrolló en Mesoamérica. A reserva de que más adelante trataré de manera más detallada el interés de Martínez Burkett por las culturas precolombinas, es necesario destacar que en estos dos cuentos se hace palpable el profundo conocimiento del autor por la historia y cosmovisión indígenas. Hace gala del manejo de fuentes etnohistóricas, de vocablos y conceptos de la cultura azteca y de la ritualidad inherente a los sacrificios humanos. Muy recomendables ambas microficciones que tienen además un alto vuelo literario.

Relatos

Ahora, abordaré tres cuentos con mayor extensión que me parecen significativos en la obra del autor. El primero de ellos “Regreso a Los Perales” da cuenta de un episodio militar de la historia argentina, cuyos protagonistas fluctúan entre personajes históricos y seres ficticios. Este relato muestra la habilidad del autor no sólo como contador de historias sino como un avispado explorador que sabe escudriñar en eventos históricos para transformarlos en ficciones creíbles. Lo interesante es que la extrañeza de este texto radica en que el autor nos va llevando por una senda que en primera instancia parece ser una historia lineal de tipo costumbrista pero que a mitad del relato, sin apenas darse uno cuenta, pasa a ser una trama onírica. Es decir, existe una línea divisoria imperceptible que separa la realidad del sueño y lo fantástico.
Martínez Burkett, hace gala del manejo de fuentes etnohistóricas, de vocablos y conceptos de la cultura azteca y de la ritualidad inherente a los sacrificios humanos
“El Dios de Piedra Negra” es un relato más extenso que forma parte del primer libro de cuentos del autor, Forjador de penumbras (2011), cuyo protagonista es Johann Nepomuceno Sepúlveda, un reputado pero afligido catedrático de una universidad ficticia. Como ya fue mencionado, encontramos en este relato de Martínez Burkett su interés por las culturas mesoamericanas (específicamente por la azteca y la maya) y diversos guiños con un buen número de episodios de la historia oficial sobre los estudios del México prehispánico.
Por ejemplo, durante el relato alcanzo a vislumbrar, evidentemente reformulados, ecos de la infructuosa búsqueda de los restos del último emperador azteca, Cuauhtémoc, por parte de una comisión investigadora nombrada en 1949 por el gobierno del presidente Miguel Alemán. Este hecho —que resultó ser un auténtico fraude dado que los supuestos huesos del Huey Tlatoani mexica encontrados en Ixcateopan eran en realidad los de ocho personas, incluidos los de una mujer—, forma parte del anecdotario de nuestra historia patria que intentaba, por decreto, dar un uso político a investigaciones pseudo científicas y arqueológicas. La historia de Martínez Burkett gravita en estos términos pues el uso ideológico de un numen prehispánico, el Dios de Piedra Negra, será la clave que determine el destino del protagonista del cuento.
Asimismo, observo que el autor pone al servicio de la narración su competencia y  entendimiento de la mitología mesoamericana. En efecto, en la escena central de la historia, al atribulado profesor Nepomuceno le entregan un paquete de materiales que ponen en entredicho las teorías acerca de “El Dios de Piedra Negra”, que por tantas décadas ha defendido y que forman parte de la historia oficial. A través de una serie de fotografías, el erudito (alter ego del autor) logra desentrañar una historia distinta a la conocida, misma que es explicada desde las concepciones míticas mesoamericanas, de entre las cuales detecto la del ciclo mítico de Quetzalcóatl. No quiero espoilear el cuento de Martínez Burkett por lo que dejo al lector sumergirse en esa trama que tiene una buena carga de misterio, suspenso, tensión y, sobre todo, un final intrigante.
Dejé para el final el análisis del cuento “El embuste de Oxlahuntikú”, publicado en la colección El libro de los muertos vivos. Cuentos de zombies (Argentina, 2013), en virtud de que a mi juicio contiene una importancia capital: sin temor a equivocarme, es la obra literaria que inaugura los relatos de zombies contextualizados en el México prehispánico.
Literatura sobre muertos renacidos que infectan a seres vivos y se alimentan de carne humana hay por montones y esto ha llevado al género a que se ridiculice a sí mismo con historias disparatadas. En su cuento, Martínez Burkett se aleja de la superficialidad y la trivialización y construye un andamiaje argumentativo con base en sus conocimientos en la historia y la religión mesoamericanas, el manejo de fuentes etnohistóricas de primera mano y, por supuesto, en su buen quehacer literario.
El autor aplica la técnica literaria de la caja china, pues en realidad la narración contiene tres cuentos relativos a tres temas que al final se entrecruzan, a saber:
1) El interés obsesivo del científico Lorenzo Aguirre o Larry of Burghley (otro alter ego del autor y acrónimo de Harry Burkett), por una pandemia que quedó registrada en un manuscrito maya.
Como en “El Dios de Piedra Negra”, en este cuento Martínez Burkett nuevamente le otorga el protagonismo a una autoridad en el campo científico, quien se adentra en el conocimiento de una rara enfermedad sucedida en tiempos precolombinos y cuyo registro quedó plasmado en un manuscrito maya, el conocido Códice Grolier. El interés de Aguirre por este suceso es lo que empuja la historia hacia adelante.
2) El hallazgo, en el fondo falso de un baúl del siglo XVI, de la carta de relación de un fraile franciscano dirigida al rey de España, en la que daba cuenta de eventos escalofriantes provocados por un aparente brote epidémico en tiempos de la conquista en el área maya.
El contenido de la carta del fraile encontrada en el arcón es, en sí mismo, el cuento de zombies, pues describe escenas claramente identificadas dentro del canon literario y cinematográfico de los muertos vivos, en donde las infecciones de las hordas zombies —indígenas mayas—, son transmitidas a los humanos —conquistadores españoles e indios aliados—, a través de mordeduras, mutilaciones y ataques en jauría, que se suceden en una ciudad maya de lo que es hoy la Península de Yucatán.
Debo señalar al calce que mi campo de estudio es la historia y la arqueología por lo que inevitablemente estoy habituado a la consulta de fuentes históricas de primera mano. Al leer las descripciones de la carta del religioso (que evidentemente son un constructo literario de Martínez Burkett), confieso que por momentos  perdía la noción de si se trataba de un documento ficticio o real pues guarda gran semejanza con el vocabulario, los modismos y el tipo de redacción correspondientes al siglo XVI y que utilizaban frailes como Diego Durán, Bernardino de Sahagún o Diego de Landa en sus crónicas de evangelización, así como militares tales como Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortés en sus testimonios escritos sobre la conquista de México. En otras palabras, la información contenida en la carta del fraile, y que propiamente es el cuento de muertos vivientes, es una creación del autor quien de esa manera, con el estilo en que se redactaban las cartas en el  siglo XVI, se provee a sí mismo de un testimonio documental (ficticio) que soporta y da vida a su historia de zombies.
3) Las visiones alucinatorias del científico bajo los efectos de sustancias psicotrópicas.
Esta parte del relato opera como un reflejo de la crónica descrita en la carta de relación del franciscano ya que el protagonista, Aguirre, de manera onírica reproduce los sangrientos enfrentamientos entre conquistadores e indígenas zombies en las selváticas tierras mayas, pero vistos desde la perspectiva de un “viaje” fantasmagórico al que es inducido de manera subrepticia. Es decir, es un efecto espejo de lo sucedido por lo relatado en la carta.
Para finalizar, considero que este cuento abre nuevas perspectivas al género de zombies, pues la historia y la cultura mesoamericanas han sido poco exploradas por los literatos interesados en esta temática. Asimismo, es posible encontrar en este relato un sinnúmero de pequeños homenajes a los creadores y realizadores del fenómeno zombie, tanto en la literatura como en el cine, que sin lugar a dudas el lector descubrirá a medida que se adentre en los pormenores de la narración.
Por último, como mencioné al principio, diversos autores argentinos contemporáneos han incursionado de manera muy significativa en temas propios de nuestro pasado precolombino y otro de esos orfebres de las letras es un joven y prolífico escritor residente de Bahía Blanca, Patricio Chaija, a quien se dedicará la próxima entrega de esta serie de reseñas.

Referencias:

Cuentos
“La ciudad del silencio”
“La dosis”
“El retorno de la crisálida”
“El payé”
“Un extraño caso de espejismo en la Laguna Epecuén”
“Perfidia circular”
“Anomalía teológica”
Blog
Pablo Martínez Burkett

(*) Ricardo Rincón Huarota (ciudad de México, 7 de noviembre de 1963). Arqueólogo especializado en religión prehispánica y escritor. Ganador del Premio Nacional de Ensayo sobre la Huaxteca (2016), con la obra Presencia de Tlazoltéotl-Ixcuina en la Huaxteca prehispánica, organizado por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura Federal.

“El fantasma del rosario” viaja a Moreno

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Por iniciativa de la profesora Patricia Maidana, en el Instituto Nuestra Señora de Fátima de Moreno leerán la novela de suspenso y terror El fantasma del rosario, de Marisa Vicentini, editada por el sello Muerde Muertos.

Sepulcrales (II) en Utopía Resto Bar

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El viernes 8 de junio, a las 18 horas, tendrá lugar Sepulcrales II en Utopía Resto Bar del Bauen Hotel Coop (Callao 360, CABA), con los sellos Ignotas, De la Fosa, Oráculo, Cineficción y Muerde Muertos. Venta de libros. Entrada libre y gratuita.

Enrique Medina habló con Osvaldo Quiroga sobre “Strip-tease: traducción visual” y “Casta Murana”

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Osvaldo Quiroga entrevistó al escritor Enrique Medina por la salida de sus nuevos libros: “Strip-tease: traducción visual” (Muerde Muertos, 2017) y “Casta Murana” (Galerna, 2018). En el Programa “Solo de Noche”, Radio Cooperativa AM 770. Sábado 2 de junio de 2018. Agradecemos a Osvaldo Quiroga la cálida charla y compartimos aquí el audio completo.

“Viaje al principio de la noche” se presenta en Chabás

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En la Biblioteca Popular Chabás (Provincia de Santa Fe) se presentará la novela Viaje al principio de la noche  (Muerde Muertos, 2018) de Alejandra Tenaglia el próximo viernes 15 de junio, desde las 20:15 horas, en el marco del Día del Escritor (13/06), Día Nacional del Libro (15/06) y el 38º aniversario de la institución (15/06). Entrada libre y gratuita.

Perfil: Victoria regresa al pueblo

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Reseña de Viaje al principio de la noche de Alejandra Tenaglia (Muerde Muertos, 2018) | Por Mariano Buscaglia| Perfil | Suplemento Cultura | Domingo 16 de junio de 2018

Alejandra Tenaglia debuta en la literatura con una novela que transita varios géneros. Va de lo claramente autobiográfico a lo histórico y el thriller. Tenaglia despliega muchos recursos para conseguir que esa variedad de herramientas literarias no se transformen en una cacofonía sin armonía alguna. El libro mantiene el ritmo en todo momento, deteniéndose en los detalles sórdidos de un pueblo del interior del país, donde el tiempo y, sobre todo, la vida de sus habitantes parecen haberse cosificado para siempre. Lo que Victoria Tell, protagonista de la novela, percibe como un museo abandonado.
La mujer regresa al pueblo luego de haberse establecido durante diez años en Capital Federal. Ese exilio es consecuencia de una tragedia familiar y de fantasmas personales que la atormentan. Pero la enfermedad de su madre la obliga a volver a su pueblo y a enfrentarse a un pasado que consideraba enterrado. En ese reencuentro la protagonista sostiene: “le temo al pueblo, a su condición de cofre, a su posibilidad de encerrarme”. Releyendo sus diarios personales y los escritos de su juventud, Victoria comienza a digerir y a expulsar eso que la había mantenido en un estado de apatía depresiva durante una década. El regreso, en realidad, la conmina a superar el miedo que la atenazó siempre. Es en ese pueblo sin vida donde Victoria reconstruye su existencia, sirviéndose para eso de los fragmentos y pistas que dejó tras de sí.
Viaje al principio de la noche es un excelente debut que se ralentiza por algunos excesos en la inserción de largos exordios históricos y de algunos experimentos poéticos que no terminan de cuajar. Sin embargo, la novela mantiene en vilo y el desenlace justifica las aparentes vaguedades del comienzo del libro.

Un partido de truco interrumpido por tiros, seres cósmicos, clones y científicos locos

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Reseña de Hay que matarlos a todos (Muerde Muertos, 2018) de Pablo Tolosa. Por Fernando Farías para La Palabra de Ezeiza

Hay que matarlos a todos (Muerde Muertos, 2017) es la primera novela de Pablo Tolosa, quien ya publicó el libro de cuentos Malditos animales (premiado y editado en el 2009 por el Fondo Editorial Rionegrino), y además apareció en las antologías Río Negro For Export (FER, 2010), Osario común: summa de fantasía y horror (Muerde Muertos, 2013), Letras de la Comarca (Editorial del Valle Bajo, 2015) y Sangre fría (Pelos de Punta, 2016). El presente ejemplar cuenta en la contratapa con un comentario de Juan Antonio Molina Foix, reconocido traductor de clásicos como Lovecraft y Stevenson, mientras que la corrección corrió por parte de Claudia Cortalezzi, la edición es de José María Marcos y el diseño es de Mica Hernández. Mención aparte merece la impresionante ilustración de portada del artista Patricio Graham, tan oscura y perturbadora como intrigante.
La historia arranca narrada en primera persona por Gallo, quien se encuentra en el bar de un pueblo del interior. Gallo nos cuenta un poco de su fracasada vida sentimental, un poco del lugar y sus personajes, un poco de la partida de truco que estos parroquianos juegan… En otras palabras, lo normal de cualquier rincón de provincia. Así es por lo menos hasta que cae un tal García, y empieza a los tiros.
Y esa es sólo la punta de lanza de una novela que se reinventa constantemente, llevando al lector por caminos cada vez más inesperados. A través de sus páginas nos encontraremos con seres cósmicos, clones y científicos locos, todos entremezclados en un libro inclasificable que se vale de diversos géneros para entregar una de las narraciones más originales de los últimos años.
Con el paso de las páginas, Tolosa se adentra en terrenos cada vez más escabrosos, tratando temas duros —la identidad, por ejemplo—, y saliendo completamente airoso. Para ello emplea un lenguaje directo, sin pretensiones, y un estilo que en ningún momento da cuartel y bebe tanto de influencias clásicas como modernas. El autor ya había demostrado en trabajos anteriores su afición por William Hope Hodgson y Lovecraft, cuya presencia de entrevé en no pocos pasajes del texto —una lucha entre fuerzas cósmicas donde la humanidad parece no importar—, pero ahora aparece mezclada con elementos de western, costumbrismo, humor negro, gore, ciberpunk, además de situaciones que parecen salidas de libros de autores como Clive Barker o Kurt Vonnegut, e incluso de las primeras y legendarias películas de David Cronenberg. Pero lo que en otro autor podría derivar en un relato sobrecargado y desbalanceado, aquí aparece en armonía, tal es así que es imposible abandonar la lectura hasta la última y soberbia página, tan plagada de delirio cósmico como todas las que la anteceden.
Hay que matarlos a todos es una novela que trasciende los géneros, que puede ser apreciada por el público en general y que, en particular, los amantes de lo raro y el terror disfrutarán a lo grande, porque podrán reconocer ecos de narraciones clásicas mezcladas con nuevas expresiones. Al terminar la lectura, no sólo habrán atravesado una experiencia súper intensa, sino que probablemente se mirarán en el espejo para preguntarse quién es ese extraño ser que les devuelve la mirada.

Jueves 12 de julio: Presentaremos el “Manual” de Laiseca

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El jueves 12 de julio de 2018, Editorial Muerde Muertos presentará la nueva edición del Manual sadomasoporno (ex tractat) de Alberto Laiseca, ilustrado por Carlos Marcos y diseñado por Mica Hernández. Contaremos con la presencia especial de Ana Grynbaum y Selva Almada, quienes disertarán sobre la obra junto a los editores Carlos Marcos y José María Marcos. En la Escuela Freudiana de Buenos Aires (Cabrera 4422, CABA). Desde las 20 horas. Habrá venta de libros de Laiseca editados por los sellos Muerde Muertos y Simurg.

Alejandra Tenaglia presentó su novela en Biblioteca Chabás

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Presentación de la novela Viaje al principio de la noche de Alejandra Tenaglia (Muerde Muertos, 2018). Crónica del Periódico Millennium de Chabás, 2 julio de 2018.

El viernes 15 de junio, en la Biblioteca Popular Chabás y en el marco del Día del Escritor y en el 38º aniversario de la institución, se presentó la novela de Alejandra Tenaglia Viaje al principio de la noche. En un ambiente cálido y con un importante número de presentes, Alejandra Tenaglia —por medio de las preguntas de Marcia Godoy, quien la acompañó en la presentación— contó de su amor muy fuerte por las palabras, de escribir desde siempre. Hizo referencia al lugar, esa biblioteca, que la nutrió desde muy chica con las elecciones de sus lecturas y que, hoy, es un orgullo que su novela sea parte del caudal bibliográfico de ese lugar. Recordó que nunca faltó una libreta en su cartera, donde ideas que llegaban a su mente quedaban registradas. Con esa gran cantidad de notas que fue recopilando durante años, logró encontrar un hilo conductor y las recopiló en su primera novela. Ahora, ya con más confianza y con una alentadora experiencia, se sentó a escribir su segunda novela. Hizo referencia a la favorecedora posibilidad que la editorial Muerde Muertos se interesara en publicar su novela. La comuna de Chabás, de manos del presidente comunal Lucas Lesgart, le entregó un presente. Hubo espacio para que las distancias se acortaran, y a través de un video estuvieron presentes los escritores Enrique Medina y Carlos y José María Marcos de la editorial Muerde Muertos. Además tuvo un espacio el escritor Martín Cardinale con sus obras El oso en reposo y la novela para adolescentes Carola. Librería Emilio puso al alcance de los presentes estas obras. Alejandra expresó su agradecimiento a todos los que la acompañaron en esta linda aventura y un agradecimiento especial para su mamá Marta Re.

Alejandra Tenaglia: “Toda novela se mueve en el terreno de la simulación, la representación y la invención”

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Entrevista en Periódico Millennium (*)

Por Fany Inés Fanelli. Todos conocemos la “buena pluma” de Alejandra Tenaglia y saber que su primera novela estará muy pronto en la calle nos enorgullece. Conversamos con ella para saber más.
—Siempre fuiste una gran lectora y ahora sos una escritora, ¿cómo fue ese paso?
—Leer ha sido mi gran pasión, desde siempre, es verdad. Podría decir que escribir surgió como una derivación de la lectura, pero algo me indica que esa no es una explicación del todo verdadera, porque también desde bastante chica vengo trazando bosquejos de palabras aquí y allá. Lo que sí te puedo afirmar sin dudar, es que las palabras cautivan mi atención, la dificultad que enfrentan al pretender decir, la capacidad transformadora que llevan consigo, las tramas a que dan lugar. Si a eso sumamos que en el campo de la literatura no hay fronteras ni moral ni verdad, es casi como ingresar a un mundo mágico donde jugar es la tarea. Y hablo de jugar no como un pasatiempo sino como lo hacen los niños, con esa convicción y esa seriedad y esa ingenuidad y esa búsqueda constante que también da miedo, porque no sabemos hacia y hasta dónde puede llevarnos… Volviendo a tu pregunta, escribo desde que era niña pero no sé en qué momento ocurre que uno se merece y/o se anima a portar semejante título. Entiendo que la publicación de esta primera novela, esté abriendo esa posibilidad tanto para los demás como para mí misma, ¿no? Porque es un oficio labrado en la intimidad, que se materializa, se hace visible con un libro y se comparte con los demás, entonces ahí, esa aparición del otro también nos determina.
—La novela se llama Viaje al principio de la noche.¿Dónde inicia ese viaje? ¿Cuál es el destino final? ¿Tiene alguna parada importante?
—La novela narra el regreso de una Profesora de Historia a su pueblo de la infancia, para cuidar a su madre algo enferma. Ese regreso la sumirá a ella en un viaje más temerario, ligado con su pasado. Habrá una oscuridad que deberá atravesar, para llegar al comienzo de la noche… Y el lector lo hará junto a ella, aunque un poco más a ciegas, tanteando entre este y aquel suceso, con unas cuantas paradas importantes y con un destino final, que los lectores descubrirán al leer el libro. No quiero dejar de hacer mención a que el título remite a una gran obra de la literatura francesa, que es el Viaje al fin de la noche, de Louis Ferdinand Cèline. Una de las cinco partes que componen la novela se abre con un epígrafe de esa obra, precisamente.
Viaje al principio de la noche y la vida de Alejandra Tenaglia ¿comparten la trama de la novela?
—Toda novela es ficción, es decir, como el arte en general, se mueve en el terreno de la simulación, la representación y la invención. Es una mentira que, para triunfar, necesita estar muy bien contada de modo que pueda lograr que el lector ingrese al universo que el autor ofrece, sin cuestionarlo, creyéndoselo. Lo que se persigue al escribir una novela, es construir una obra que, decidido de un modo más o menos consciente, ponga de manifiesto ciertos temas, plantee dudas, haga paneos existenciales, aporte belleza o rudeza o acompañamiento, etcétera. El material con el que se construye es variado y no tiene ninguna relevancia si eso está basado en hechos reales o no, tanto como si le han ocurrido a uno o a otro o a nadie; lo que sí hay que cuidar es que sea verosímil. Y lo que importa es la obra en su totalidad y lo que a través de ella se haya querido contar o discutir o tensionar. En este sentido, hay un tema en el que siempre he pensado mucho, entre otros, claro. Con ese norte, de ese tema que creí debía ser señalado y puesto en conflicto, es que tracé todo el plan de esta novela.
—Contame del prólogo...
—El prólogo lo escribió Enrique Medina, lo cual es un lujo y un honor. Hace ya diez años que trabajo con él, pero que alguien a quien tanto admiro y que ocupa el lugar que ocupa dentro de la literatura argentina, aporte su palabra sobre la novela y sobre mí, en esas primeras páginas, es ya un sueño cumplido.
—¿Cuándo podremos tener la novela en la mano? ¿Dónde y cómo conseguirla?
—Esta última semana de febrero está ingresando a imprenta, así que ya para marzo, si todo sale bien, estará disponible. La novela es publicada por la editorial bonaerense Muerde Muertos, de Carlos y José María Marcos, a quienes de paso aprovecho para agradecer por darme esta posibilidad. Publicar la primera obra de alguien, es siempre un hecho a destacar y valorar. Volviendo a la disponibilidad del libro, Muerde Muertos distribuye a través de Editorial Galerna en todo el país, de modo tal que estará en todas las librerías que se interesen en tenerlo en sus anaqueles. Ojalá sean muchas (risas).

(*) Viernes 9 marzo de 2018

Muerde Muertos estará en la 7º Feria de Editores

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Viernes 10, sábado 11 y domingo 12 de agosto. Editorial Muerte Muertos tendrá un stand en la 7º Feria de Editores (FED). Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA). Horario: 15 a 21. Entrada gratuita. +Info de la FED

El “Manual” de Lai en el Milenio de México

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Sección: “Entre tangos y vino tinto”. Editorial Muerde Muertos reedita el Manual sadomasoporno de Alberto Laiseca Por Magda Bárcenas Castro para Milenio de México | Domingo 15 de julio de 2018

Tuve la dicha de volver a reunirme con amigos escritores, aquellos con los que alguna vez estudié aquí en Argentina mi primer taller de escritura. El más memorable. El mítico. El que no volverá a repetirse. El tiempo se ha ido demasiado rápido, los años pasaron como los ojos a estas letras, pero lo que nunca se va a ir de mi cabeza es el recuerdo de un escritor que nos entregó su tiempo, sus palabras, su paciencia pero sobre todo el que nos regaló toda la inspiración: nuestro mentor Alberto Laiseca.
Eran las 20:00 horas cuando llegué hasta la calle Cabrera 4422, justo en la Escuela Freudiana de Buenos Aires gracias a la invitación de mis amigos José María y Carlos Marcos. ¿El motivo? La reedición del Manual sadomasoporno (ex tractat), un libro donde la mayor parte de la obra aparenta ser una narración de un tipo que se la sabe todas, hasta que al final vemos una historia de amor. Así era Lai, una caja de sorpresas viviente.
Esta presentación para mí ha sido la más significativa pues el creador del realismo delirante se hizo eterno el 22 de diciembre de 2016, y es hasta ahora y gracias la Editorial Muerde Muertos que Ana Grynbaum y Selva Almada se reunieron para recordarnos la creación, el comienzo y el significado de esta singular pieza literaria que particularmente disfruté muchísimo leyendo. Lai está en cada una de esas letras, era así, y cada que repaso los textos lo hago recordando aquella voz que siempre retumbará en mi cabeza, aquella con la que nos decía a todos: “Seguí leyendo, seguí escribiendo, seguí… seguí… seguí”. Él siempre nos alentaba, quizá por eso cada vez que contamos alguna de sus anécdotas sigo hablando de él en tiempo presente y nunca en pasado, porque Alberto Laiseca para los discípulos, para sus seguidores, para sus amigos y para todos los que lo conocieron… no ha muerto.
La presentación fue un éxito y su obra literaria continúa regándose como él siempre añoró; me siento muy afortunada de haberlo conocido, de haberlo visto sonreír y de que aún sin estar físicamente se quedara conmigo. Después de la presentación nos quedamos horas platicando, llegué tarde a casa con mi novio Fede y nos fuimos a dormir. Esa madrugada tuve un sueño maravilloso en el que revivía la misma escena que horas antes había visto, era como la segunda toma de una película en la que falta algo y lo añaden después. Ahí estaba Alberto Laiseca viéndonos a todos desde atrás, al lado de su hija Julieta, sonriendo en la presentación de su libro, con un vasito de vino y fumándose un cigarrillo, señal de que sin duda… él estuvo ahí.

Huellas invisibles de la violencia

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Reseña de Viaje al principio de la noche, de Alejandra Tenaglia (Muerde Muertos, 2018) | Por José María Franchino Arnaiz | Cineficción | Nº 8 | Junio de 2018

Viaje al principio de la noche (Muerde Muertos, 2018), de Alejandra Tenaglia, es una novela que busca trazar un mapa con las huellas invisibles de la violencia. Su filiación con Viaje al fin de la noche, de Louis-Ferdinand Céline, es clara y, al tiempo que Céline deja constancia de la furia y la desilusión con imágenes impactantes, Tenaglia se inclina por la sutileza y los destellos. Victoria Tell, una joven profesora de Historia, escéptica y distante, regresa a su pueblo (Sauce) para acompañar a su madre y ejercer la docencia. Como nada es gratis en la vida, Victoria debe afrontar un regreso sin gloria, con vecinos que cuchichean a sus espaldas, amigas que se revelan como un espejo no deseado y espectros que se van despertando. Recurriendo a un montaje cinematográfico, Tenaglia nos invita a espiar a la protagonista a través de un diario íntimo, poemas de adolescencia, artículos para un periódico, emails, pasajes de sus clases y hasta un monólogo interior, en una suerte de arreglo coral. De este modo, la psicología de Tell aparecerá en distintos registros, y, por ejemplo, conoceremos su dolor y sus imposibilidades mediante la poesía: “Una rebelde pena aplasta mi pecho, y la escritura surge del esfuerzo. Millones de palabras me recorren, agobiadas, incoherentes. / La carne. En ella, la vulgaridad. En ella, la realidad colectiva. En ella, la muerte. / Camino sin dejar huellas, camino sin pensar, camino hacia la ilusión imposible de un cambio inmediato. / La congoja rodea mi cuello y estrangula mi voz. / Mis manos, escriben. Y mis ojos ¿hacia dónde miran? / Los remiendos comienzan a deshilacharse. Cuestan las palabras. Será que no pueden decir lo que pasa. Será que expresarme, no es decir. Será que diciendo, he expresado tan poco. / Este lugar ya no es grato. Eso es presente. Y es presencia. Y es perverso. Y también es personal. Personalmente perversa la presencia del presente”.  A su vez, las clases de Historia serán una buena excusa para trazar líneas de una autobiografía que la vincule con nuestro destino latinoamericano: “Pasaron más de 500 años de la llegada de Colón a estas tierras de venas abiertas, como las ha llamado el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Tierras que absorbieron más sangre de la que uno puede imaginar. Tierras fecundas, variadas, inmensas... Tierras que nos tienen hoy, a nosotros, en su regazo. Y miren las vueltas del destino: mi apellido es Tell, español. Y no porque hayan llegado los Tell con la expedición de Cristóbal Colón (pudo haber alguno, debería averiguarlo), sino porque muchos años después, mi bisabuelo, huyendo de la guerra, vino a parar aquí...”. Y habrá también, aunque el viaje nos hable de tinieblas, un espacio para la esperanza, como en un artículo publicado en la prensa local: “Los invito a vivir ese momento mágico que nos ofrece la naturaleza sin pedir nada a cambio. Y a patear los montoncitos dorados y crujientes de los rinconcitos, y a mirar la desnudez en que los árboles quedan sin una sola queja, y a ser fuertes para continuar la tarea que hayamos elegido allende del humo que nos venden, para manejarnos como a ovejas perdidas en la colina. Porque, ustedes lo saben, algún día nos tocará ser esa hoja que se desprende, y el tiempo y el otoño expresándose habrán pasado, habiendo tenido y desaprovechado, la posibilidad que estaba al alcance de la mano, de procurarnos una vida diferente”. Así, al pasar, la autora irá sembrando pistas y asomará una de las claves íntimas de esta exquisita novela: el pasado no puede modificarse, lo importante es qué hacemos de aquí en adelante con lo que nos tocó atravesar.
¡Ya llegó Cineficción Nº 8! Tirada: 1000 ejemplares
136 páginas, 2 desplegables, entrevistas internacionales
www.cinefania.com/cineficcion
Incluye: “Moebius” de Gustavo Mosquera
(Argentina,  1986) en la Filmoteca Muerde Muertos.

Presentación de la nueva edición del “Manual” de Lai, con la presencia de Selva Almada y Ana Grynbaum

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Con la participación especial de Selva Almada y Ana Grynbaum, Editorial Muerde Muertos presentó la reedición de Manual sadomasoporno (ex tractat), de Alberto Laiseca, ilustrado por Carlos Marcos y diseñado por Mica Hernández. El prólogo fue escrito por Carlos y su hermano José María Marcos (quien además estuvo a cargo de la flamante publicación). El encuentro tuvo lugar el jueves 12 de julio de 2018 en la Escuela Freudiana de Buenos Aires (Cabrera 4422, CABA), ocasión en la que Selva Almada (escritora y editora del Manual en 2007) compartió detalles de la gestación del libro, al tiempo que Ana Grynbaum (escritora y psicoanalista) realizó una lectura crítica del texto. Previamente, se proyectó un video con imágenes del Consultorio de Lai, junto a ilustraciones de Carlos, y luego, José María habló sobre la relación de Laiseca con Muerde Muertos, la pasión de Lai por la literatura popular, la aparición de Beber en rojo (Drácula) (2012) y el libro homenaje iluSORIAS (2013). Asimismo, Carlos contó cómo fue ilustrar el Manual. Estuvieron presentes: Julieta Laiseca (hija del autor); Gastón Gallo (primer editor de Los sorias); los escritores Juan Carlos Virgilio (Carpincho), Sandra Gasparini, Mariano Buscaglia, Fernando Figueras, Magda Bárcenas Castro, Sebastián Salas, Juan Guinot, Julieta Heredia, Fernando Farías y Marcelo Guerrieri; los artistas plásticos Jesús Marcos y María Sola; los ilustradores Otto Soria y Damián Scokin; los psicoanalistas Nélida Álvarez, Cecilia Cafiero, Andrea del Giorgio y Clara Cruglak; el actor Guillermo Valdez y la cantante Raquel Buela, entre otros. Hubo un stand, atendido por Francisco Marcos, con los libros de Laiseca editados por Muerde Muertos y Simurg, junto a ejemplares de El Monstruo del delirio. Trayectoria y proyecto creador de Alberto Laiseca, de Agustín Conde De Boeck, publicado por La Docta Ignorancia. La noche terminó con un brindis. Agradecemos a todos los que nos acompañaron e hicieron posible esta presentación. Compartimos aquí una selección de fotos tomadas por Cecilia Cafiero y Raquel Buela.
MÁS FOTOS a continuación:

El “Manual” de Lai en “El Pacto Copérnico”

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En la sección “Tertulias del Terror” del programa El Pacto Copérnico (que se emite por Radio Cantilo los viernes de 21 a 23 horas, con la conducción de Hernán Moyano), el magíster cinefaníaco Darío Lavia habló de Alberto Laiseca y su Manual sadomasoporno (ex tractat) (Muerde Muertos, 2017). Intercalando comentarios sobre el Maestro, leyó el capítulo “Cómo conseguir novia pa’ siempre”. Además, brindó detalles de la nueva edición de Cineficción.Imperdible.


Video: Muerde Muertos Clásico y Moderno

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Compartimos el video de la presentación de Strip-tease: traducción visual (Muerde Muertos, 2017), de Enrique Medina, con la participación de 40 ilustradores visuales, y la novela Viaje al principio de la noche (Muerde Muertos, 2018), de Alejandra Tenaglia, con la presentacia de los escritores y editores Carlos Marcos y José María Marcos. Fue en la charla Muerde Muertos Clásico y Moderno, el jueves 10 de mayo de 2018, en Espacio Zona Futuro de la 44º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Realización: Daniel Canziani (Rec Play).

 

Participaron de Strip-tease: traducción visual: Antonio Seguí, Juan Carlos Virgilio (Carpincho), Geraldine Guterman, Darío Lavia, Gustavo Nemirovsky, Ana Vargas, Naty Menstrual, Christian Mallea, Lara Silisque, Alejandro Kaplanski, Esteban Serrano, Balaoo, Roly Schere, Demián Rugna, Dr. Mateo, Diego Axel Lazcano, Milio, Nicolás Prego, Renée Cuellar, Claudio Mangifesta, Arturo Desimone, Paloma Grillo, Esteban Sterle, Gisela Aguilar, Jorge Capristo, Hernán Conde De Boeck, Patricia Benedicto, Carolina Krupnik, Leo Batic, Maru Ceballos, Martín Klein, Karen Pacheco Echeverry, María Ibarra, Mauro Gentile, Antonio Barragán, Jorge Mallo, Lautaro Dores, Laura Ojeda Bär, Ezequiel Dellutri y Alejandro Marcos. A continuación compartimos la entrevista de Fernando Figueras a Darío Lavia, Christian Mallea, Mariano Buscaglia, Maru Ceballos, Patricia Benedicto y Lucrecia Rago.

Solo Tempestad: Por una educación sexual integral

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Reseña de Manual sadomasoporno (ex tractat), de Alberto Laiseca (Muerde Muertos, 2017). Por Miguel Sardegna, viernes 10 de agosto 2018, revista Solo Tempestad

El Manual sadomasoporno (ex tractat) de Alberto Laiseca (1941-2016) es un puntilloso recetario de técnicas sádicas y masoquistas en el que conviven refranes, aforismos y consejos didácticos de viejo vizcacha. Hay algo pantagruélico en este libro atípico, la incomodidad del humor negro y del desparpajo. Leemos cosas como “La morgue no es tan mal lugar como se dice. Hay muchas chicas desnudas” o “Las gorditas petisas, tetonas y débiles de voluntad me parecen las ideales”.
Entre más frases sueltas, sentencias y apologías, se nos instruye sobre la utilidad de un cuerpo supliciado. Un cuerpo de mujer, claro. Con advertencias precisas y una preceptiva férrea, rememorando a Foucault y el poder sobre los cuerpos de Vigilar y castigar, Lai nos enseña a conseguir novia para siempre. El truco es hacernos de una Virgen de Nüremberg: ese artefacto hueco y lleno de pinchos, con forma de mujer. Yo lo conocía con el nombre de doncella de hierro: Iron Maiden. Hay que encerrar ahí a la candidata. Lai habla de secuencias de tres: Dejarla tres días adentro y tres días afuera, hasta convencerla. Nosotros, aspirantes a novios eternos, debemos aguantar, sobre todo aguantar. Dice Lai, con la sabiduría de un Yoda sadomasoporno: “No te la tenés que coger. Y digo más: ni siquiera acariciarle las tetas, aunque te mueras de ganas. Ya vamos a llegar a todo. No seas impaciente”.
Aparecen también dos finales alternativos para “Berenice”, de Edgar Allan Poe. ¿Se acuerdan de esa historia? Un entierro prematuro, una muerta que no está muerta. Lai le agrega un regreso al sepulcro, la exhumación del cuerpo, la profanación del falso cadáver. Suena tétrico, pero Lai consigue hacerlo burlesco. Si participamos de su humor delirante. Porque en este punto ya debe haber quedado claro: a Lai se lo toma o se lo deja. Se entra en su juego, o se escapa espantado.
No creo que sea justo hacer una lectura coyuntural del arte. Pero, por otro lado, ¿cómo no hacerlo? ¿Cómo lograr evadirnos de este tiempo de militancia y conquista de derechos y cambio de paradigma? Quizás ahí, en esa tensión, resida una las potencias de este manual tan políticamente incorrecto. Porque sale indemne. O mejor: sale resignificado. Enseña que todavía es posible tensar los límites y provocar una sonrisa culposa.
También hay lugar para la divulgación científica en el sadomasoporno, potenciando nuestra perplejidad. Damos vuelta una página y nos encontramos con opiniones (dieciséis, para ser exactos; a Lai le hubiera gustado que seamos precisos) sobre física, matemática, arqueología. En fin, sobre preocupaciones que nada tienen que ver con asuntos tan trascendentes como “los centros gravitatorios de la pasión oscura”, “los lugares imperiales” o el modo correcto de aplicar cosquillas. Subrayé el instructivo sobre las cosquillas, no me lo puedo sacar de la cabeza. Dice: “Nunca procedas como un maldito japonés o un coreano bárbaro. Recuerda en todo momento que tú eres un caballero chino”. China, no Japón. Prometo intentarlo. Pero hablaba de aquel pasaje con dieciséis opiniones, tan parecido a una columna de Asimov en la revista Muy Interesante, con notas sobre agujeros negros destruyendo el helio sobrante del universo, o la denuncia de que solo queda petróleo para unos cincuenta años (en 2007). La explicación de esta excentricidad es irreprochable: lo puse acá porque no tenía donde ponerlo, dice Lai. Quiero dejar asentado que no salteé un solo renglón.
Un comentario sobre la edición. La editorial Muerde Muertos consiguió dar vida al sueño de cualquier fetichista. El trabajo de diagramación, salteado de tipografías especiales y de ilustraciones indiscretas y exuberantes, es una delicia. Se trata de un libro para atesorar.
Le escuché decir a Lai en una entrevista que estaba preocupado por la supervivencia de su obra porque no había sido traducida al inglés. Se refería a Los sorias, esa novela monumental elogiada por Piglia. Ojalá Lai sepa, donde quiera que esté, entre tetas y cerveza (estoy seguro de que ahí hay tetas y cerveza), que su inmortalidad está asegurada gracias a sus alumnos. A algunos de ellos, que hoy desarrollan su propia obra y andan su propio camino, les debemos este libro. Hay un doble legado con Lai: sus libros y sus discípulos.

Tercer día en la 7º Feria de Editores (FED) 2018

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DOMINGO 12 DE AGOSTO. 3º DÍA EN LA 7º FED 2018. Entre los fotografiados por Raquel Buela están: Valentina Vidal, Pablo Méndez, Viviana Rosenzwit, Patricia Maidana, Pía Bouzas, Franco Torchia, Eduardo Goldman, Fernando Garriga, Ale Meter, Matías Bragagnolo, Noelia Domínguez, Hernán Domínguez Nimo, Fabián Rossini, Pablo Gaiano, Juan Olcese, Cristina Romano, Juan Carlos Ramírez, Cristina Romano, José Garber, Hernán Stuchi, Ral Veroni, El Agente Rayo, Esteban Castromán, Alejandro Margulis, Roxana Artal, Daniel Guebel, Mariano Sánchez, Alejandro Guyot, Martín Fogliati y Víctor Malumián. Volver

Segundo día en la 7º Feria de Editores (FED) 2018

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SÁBADO 11 DE AGOSTO. 2º DÍA EN LA 7º FED 2018. Entre los retratados por la lente de Cecilia Cafiero se encuentran: Laura Forni, Claudia Sobico, Pablo Ansolabehere, Ignacio Mackenzie, Marcelo Guerrieri, Noelia Gonzaáez, Luna, Enzo Maqueira, Gonzalo Unamuno, Marcos Almada, Darío Lavia, Narciso Rossi, Damián Blas Vives, Nicolás Ferraro, Ariel Mazzeo, Silvina Gruppo, Acheli Panza, Juan Carrá, Gonzalo Ventura, Valentino Ventura, Rubén Risso, Maru Ceballos, Marcelo Rubio, Evelina Vishnevskaya y Gastón Intelisano. Volver

Primer día en la 7º Feria de Editores (FED) 2018

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VIERNES 10 DE AGOSTO. 1º DÍA EN LA 7º FED 2018. Entre otros, pasaron por nuestra stand: Sandra Gasparini, Fernando Figueras, Mariano Buscaglia, Leonardo Oyola, Pablo Gaiano, Fernando Farías, Máximo Damián Morales y Daniel Divinsky (el mítico fundador de Ediciones de la Flor, quien conduce el programa “Los Libros Hablan” en Radio UBA FM 87.9). Volver
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